jueves, 2 de junio de 2016

No necesitas ser Sansón

“Pero el Espíritu del Señor descendió sobre él, las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado, y las ataduras cayeron de sus manos.” Jueces 15:14
            Sansón es uno de los personajes bíblicos que más admiran los niños por la fuerza física que llegó a tener. En los capítulos 13 al 16 del libro de los jueces, la Biblia narra desde su nacimiento hasta su muerte. De las vicisitudes de este interesante personaje podemos aprender grandes lecciones para nuestra vida.
            Se califica a Sansón como el hombre más fuerte que registra la Biblia por numerosos eventos en el que él participó. Como cuando se enfrentó a un leoncillo y matarlo sin tener ningún tipo de arma entre sus manos. Por atrapar a 300 zorras o matar a 1,000 filisteos con una quijada de burro. También por cargar sobre sus hombros las puertas de la ciudad de Gaza y despojar de sus prendas a 30 hombres en muy poco tiempo. Fue atado en varias ocasiones y las cuerdas no pusieron resistencia ante la fuerza de sus manos.
Leer: “Quién es una persona de éxito?”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/01/quien-es-una-persona-de-exito.html
            Su cabellera ha sido considerada, por algunos, la fuente de su fortaleza física, pero no es así. Absalón, hijo de David, tenía una cabellera larga y hermosa; también Samuel tuvo una cabellera muy larga. Sin embargo, no tuvieron la fuerza física que Sansón llegó a desplegar.
            Pero algo interesante. Las proezas que Sansón llegó realizar, también fueron ejecutadas por otros personajes bíblicos, incluso muchos superaron los logros de él. Por ejemplo, Noé tuvo la oportunidad de encerrar a más animales en el arca, que las 300 zorras que Sansón atrapó. Samgar enfrentó a 600 hombres y Elías a 850 hombres, sin que ambos tuvieran las fuerzas que Sansón tenía. Josué no cargó ninguna puerta de Jericó, pero sí derribó sus murallas. David y Daniel enfrentaron leones sin ser Sansón y los vencieron.
Leer: “Cualidades de una persona de éxito”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/01/cualidades-de-una-persona-de-exito.html
            Cada vez que Sansón enfrentaba un reto, el relato bíblico señala que el Espíritu de Dios descendía sobre él y así, obraba en favor del pueblo de Dios. Por eso los otros personajes, David, Daniel, Noé, Elías, Samgar, Josué, que no tenían la fortaleza física de Sansón, lograron grandes hazañas.

            Tú también puedes lograr grandes acciones en tu vida cotidiana y espiritual, lo único que tienes que hacer es, dejar que el Espíritu de Dios obre en tu vida.
Por Galdino Enríquez Antonio

lunes, 30 de mayo de 2016

¿Cuáles son las instrucciones de Dios para ti?

“Así dice el Eterno Todopoderoso, Dios de Israel: Ve, y di a los varones de Judá, y a los habitantes de Jerusalén: ¿No recibiréis instrucción para obedecer mis Palabras? —dice el Eterno—.” Jeremías 35:13
Las instrucciones de Dios para nosotros son sencillas que, en circunstancias difíciles, se vuelven vitales para salvar la vida y de los que nos rodean. En la actualidad, Dios tiene instrucciones sencillas que muchas veces olvidamos. Instrucciones que, por ser tan sencillas, creemos que su eficacia no aplica para circunstancias apremiantes. Entre las instrucciones sencillas de Dios, podemos encontrar las siguientes:
1.      Estad siempre gozosos.
2.      Orad sin cesar.
3.      Dad gracias en todo.[1]
4.      Pedid y se os dará, buscad y halaréis, llamad y se os abrirá.[2]
5.      Tiene alguien falta de sabiduría, demándela a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche.[3]
6.      Y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, yo lo haré.[4]
7.      Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas vendrán por añadidura.[5]
8.      Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y tu casa.[6]
9.      No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.[7]
Es tan solo una pequeña lista de instrucciones sencillas que Dios nos ha dejado. Si escudriñamos las Escrituras con diligencia, encontraremos otras igual de interesantes y sencillas. Es necesario ocuparnos de las instrucciones sencillas antes que de las instrucciones complejas; Dios se encarga de éstas últimas.
      Si tuviéramos que hacer una lista de héroes de la biblia que siguieron instrucciones sencillas, encontraríamos al menos los siguientes: Enoc, Moisés, Elías, Daniel, Jesús, por buscar a Dios a través de la oración. Por pedir sabiduría, al rey Salomón. A Jairo y Martha por creer, y sus familiares fueron resucitados. Por no temer, a los amigos de Daniel ante un horno de fuego.
      La lista podría seguir, pero esa lista no tendría sentido si tu no apareces en ella. Te invito a tomar la decisión y seguir las instrucciones sencillas de Dios.
Por Galdino Enríquez Antonio
Leer “¿Qué tan complejas son las instrucciones de Dios?”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/05/que-tan-complejas-son-las-instrucciones.html


Leer: “Instrucciones sencillas de Dios”, en:  http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/04/instrucciones-sencillas-de-dios.html


[1] 1 Tesalonicenses 5:16-18
[2] Mateo 7:7
[3] Santiago 1:5
[4] Juan 14:13
[5] Mateo 6:33
[6] Hechos 16:31
[7] Isaías 41:10

jueves, 19 de mayo de 2016

¿Qué tan complejas son las instrucciones de Dios?

"Pero ellos no escucharon, ni inclinaron su oído, antes endurecieron su cerviz, para no oír, ni recibir la instrucción.” Jeremías 17:23
            Consideremos la instrucción dada por Dios a los hijos de Israel, registrada en Éxodo 14:15. El pueblo se encontraba frente al Mar Rojo, y tras él, un ejército dirigido por un Faraón enfadado. Reclamaron a Moisés por la decisión de llevarlos por el camino que los ponía en serios peligros. Moisés rogo por indicaciones divinas y la respuesta fue: “Dile a los hijos de Israel que marchen” ¿Hacia dónde? Que marchen de frente, y extiende tu mano con tu vara sobre el mar y yo haré maravillas.[1]
¿Te imaginas la expresión en los rostros de los hombres y mujeres al escuchar la indicación tan simple: ¡marchen!? Una instrucción sencilla, pero que las circunstancias del momento lo hacían una indicación incoherente. Sin embargo, marcharon hacia el Mar Rojo y lo cruzaron en seco. Al final, Moisés volvió a extender su mano sobre el mar y las aguas cubrieron a los egipcios.

            Jesús tuvo la oportunidad de celebrar su primer milagro dando instrucciones en una boda. En el evangelio de Juan, en el capítulo 2, se registra la asistencia de Jesús y sus discípulos a una celebración matrimonial. La provisión de vino para la ceremonia, fue insuficiente. La madre de Jesús pide su intervención y lo presenta a los siervos.
 Jesús indica a los siervos llenar de agua las seis tinajas que estaban allí. Los siervos probablemente no comprendieron la razón de tal indicación, pero obedecieron. Una vez llenas las tinajas, Jesús les pidió llevar de esa “agua” al maestresala. Un siervo de esa época pudo haber razonado de la siguiente manera:
            “Señor, yo estaba seguro que al llamarnos, sería para llevarnos a algún viñedo cercano, y entre los hombres que lo acompañan y nosotros, cortaríamos los racimos de uva, los llevaríamos al lagar y más temprano que tarde, traeríamos jugo fresco; pero ahora, nos pide llevar el agua al maestresala. ¿No sabe, señor mío, que somos siervos y ante tal insulto, el amo nos mandaría a golpear, encarcelar, o peor aún, podría determinar nuestra muerte?”
Leer: “Instrucciones sencillas de Dios”, en:  http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/04/instrucciones-sencillas-de-dios.html
            A pesar de sus temores, hicieron caso a la indicación. El resultado los llenó de asombro y admiración hacia el Señor Jesús. Seguramente recibieron felicitaciones por la prontitud con que se presentaron con el vino. Los aplausos también alcanzaron al novio, que no estaba siquiera enterado del milagro que acabada de ocurrir.
            ¿Quieres seguir las instrucciones que Dios te da hoy? Toma una Biblia y comienza a leer las instrucciones que Dios tiene para ti. Sus instrucciones que Él tiene para nosotros son sencillas. Abrir un camino en medio del mar o convertir el agua en vino, son indicaciones complejas y difíciles que sólo le competen a Él.
Por Galdino Enríquez Antonio

[1] Éxodo 14:16

viernes, 13 de mayo de 2016

Cuidado con la lengua

“El Espíritu del Señor ha hablado por mí, y su Palabra ha estado en mi lengua.” 2º de Samuel 23:2
El apóstol Santiago hace mención de que la lengua es un miembro pequeño, pero que se jacta de grandes cosas. La compara con el fuego, que por muy pequeño que sea, enciende grandes bosques.[1] Cuando es usada la lengua, en un sentido contrario a lo dispuesto por Dios, se convierte en un mundo de maldad.
            El mismo apóstol Santiago refiere que es muy complicado frenarla. Somos capaces de domar distintas especies de animales. Podemos controlar enormes navíos. Pero a ella, con suma dificultad. Cuando no logramos dominarla, podemos declarar la guerra, maldecir a alguien, ofender al prójimo y levantar falsos testimonios. “…es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal”[2].
Leer: “¿Para qué deberíamos formar equipos?”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/12/para-que-deberiamos-formar-equipos.html
            El chisme, cuya finalidad es indisponer a una(s) persona(s) con otra(s), tiene como su articulador a la lengua. El daño que ocasiona un chisme es enorme. Menoscaba la reputación, mancilla la persona, lesiona el estado anímico de cualquiera que es objeto de patrañas. Sabias son las palabras de Salomón al señalar que “sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda”[3].
Por ello, el apóstol Pablo aconseja: “…evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad”[4]. El proverbista describe que “el joven es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta”[5]. Y la recomendación especial es que “nadie tenga en poco tu juventud, sino se ejemplo a los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”[6].
El salmista dice que el Señor “destruirá todos los labios lisonjeros, y la lengua que habla jactanciosamente”[7]. Por esa razón el Rey David oraba de esta manera: “sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía y redentor mío”[8]. “Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta”[9].
            Que Dios bendiga a cada uno y nos ayude a cuidar nuestra lengua.



[1] Santiago 3:5-6
[2] Santiago 3:8
[3] Proverbios 26:20
[4] 2ª  Timoteo 2:16
[5] Proverbios 20:11
[6] 2ª Timoteo 4:12
[7] Salmo 12:3
[8] Salmo 19:4
[9] Salmo 120:2

sábado, 30 de abril de 2016

Instrucciones sencillas de Dios

“El que atiende la instrucción halla el bien, y el que confía en el Eterno es feliz.” Proverbios 16:20
            Muchas personas consideran que las indicaciones dadas por Dios, no son tan fáciles de seguir. Piensan que las instrucciones son una carga y no un alivio para sus angustiadas vidas. Se desaniman cuando consideran que sus metas no serán alcanzadas con las estrategias que han elegido. La frustración se hace presente en el momento que encuentran que las instrucciones de Dios, aparentan un ramillete de razonamientos “ilógicos”.
            En el registro bíblico, encontramos algunos pasajes que en su momento alguien pudo resumir en una idea descabellada e irracional. Consideremos el relato contenido en Josué 6:1-5. El sucesor de Moisés recibe instrucciones de Dios y reúne al pueblo de Israel para informarle y comparte lo siguiente:
            “Jehová me ha instruido que tomemos Jericó. El plan a seguir es el siguiente: debemos integrar escuadrones que marchen alrededor de la ciudad; colocaremos a los hombres de guerra primero y los sacerdotes después. Marcharemos alrededor de la ciudad una vez cada día hasta completar seis días. El séptimo día marcharemos siete veces alrededor de ella. Al finalizar la séptima vuelta, el escuadrón de cuernos de carnero hará sonarlos, daré la señal y todos gritaremos al unísono. Entonces los muros de la ciudad caerán y cada uno correrá hacia la cuidad para tomarla.”
Leer: ”¿Quién es una persona de éxito?”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/01/quien-es-una-persona-de-exito.html

            Tras estas instrucciones, puedo suponerme que unos a otros se miran atónitos. Alguien levanta la mano y pide la palabra. Tras asentir Josué, esta persona pregunta si no se van a construir escaleras para trepar por los muros de la ciudad. Josué le contesta que no. Otra persona pregunta por el escuadrón de arqueros, los que han de contraatacar a los que  lleguen a asomarse por las murallas. Josué le contesta que no es necesario según el plan de Dios.
Alguien levanta la voz y pregunta quienes estarán a cargo de las catapultas. Josué sonríe tímidamente y le dice que Dios no le dio esa indicación. “Me imagino que si vamos a construir escaleras”, señala a viva voz otro israelita, pero Josué le dice que no moviendo la cabeza.
Leer: “Cualidades de una persona de éxito”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/01/cualidades-de-una-persona-de-exito.html

             Boquiabiertos aun más, murmuraban unos a otros. Sus rostros reflejaban incredulidad claramente, era evidente que las instrucciones no eran las que esperaban para hacer frente a una ciudad amurallada. Sin tener algo más que decir, Josué les recordó las instrucciones: debemos marchar alrededor de la ciudad siete días en el orden señalado y al final, gritar tras el sonido de los cuernos de carnero y las murallas caerán.
             Siguiendo estas instrucciones sencillas, aparentemente sin sentido alguno, el pueblo de Israel conquistó la ciudad de Jericó. El secreto del éxito fue que Dios dio esas instrucciones y el pueblo, pese a ser una orden “ilógica”, obedeció.
            ¿Sabes que instrucción tiene Dios para ti, hoy?

Por Galdino Enríquez Antonio

lunes, 22 de febrero de 2016

¿Cuáles son los cuidados que debo tener con la lengua?

“Entonces dijo Moisés al Eterno: "Señor, yo nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes ni aun desde que tú hablas a tu siervo, porque soy tardo de habla y torpe de lengua.” Éxodo 4:10
            La lengua es un músculo pequeño, que “sirve para gustación, para deglutir y para modular los sonidos que les son propios”[1]. Estas son sus tres tareas principales. La lengua nos permite disfrutar de sabores mil. Es responsable de empujar los alimentos contra los dientes y de llevarlos hacia la faringe.[2]
       Para mantenerlo sano y fuerte, es importante darle el cuidado apropiado. “Para una correcta higiene en la lengua, se puede limpiar frotándola con suavidad hacia delante usando el cepillo de dientes, sin olvidarnos de las zonas posteriores donde más se acumulan las bacterias, o bien utilizando herramientas específicas como un limpiador lingual.”[3] Se estima que alrededor de 300 microorganismos visitan muestra cavidad bucal.

            Otros cuidados que debemos tener con nuestra lengua, son los siguientes:
1.- Los alimentos no deben ser excesivamente calientes o fríos en extremo. Estos pueden lastimar las membranas de la lengua.
2.- Colocar objetos en la lengua, como los pendientes, suelen dañarla. 
3.- Se debe prevenir el consumo de alimentos irritantes: condimentados, ácidos o picantes. 
4.- Es importante evitar los golpes o las mordidas. Una cortada siempre es aparatosa. 5.- Fumar propicia la pérdida de sensibilidad de las papilas gustativas.
 Junto con los labios, los dientes y el paladar duro, la lengua contribuye a la articulación de palabras y sonidos. Nos permite cantar, hablar, gritar y tararear. Es una bendición cuando emite voces de paz y sonidos armónicos. Escuchar de ella un poema de amor o un canto a la alegría nos inspira. Con ella podemos comunicarnos con Dios, alabar su nombre y bendecirlo.
            Sin embargo, el pecado ha hecho que el hombre distorsione esta noble tarea. Su uso se ha desviado muchas veces a decir mentiras, adular y dar a entender lo contrario de lo que se siente. El salmista registro esta situación con las siguientes palabras: “Habla mentira cada uno con su prójimo; hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.”[4]
            ¿Qué uso le das a tu lengua?
Por Galdino Enríquez Antonio



[1] Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua
[2] Lengua (anatomía). Microsoft Encarta 2009.
[3] “Mantenga su lengua aseada”. Cromos_com_co.htm. Lunes, 08 de febrero de 2010.
[4] Salmo 12:2

sábado, 23 de enero de 2016

Cualidades de una persona de éxito

"Oye a tu padre, al que te engendró; y cuando tu madre envejezca, no la menosprecies." Proverbios 22:23

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, cualidad es “cada uno de los caracteres, naturales o adquiridos, que distinguen a las personas, a los seres vivos en general o a las cosas.” Una segunda definición que ofrece dicha obra de consulta es: “manera de ser de alguien o algo.”
Señalaremos cinco de las cualidades de las personas de éxito. Cada una éstas cualidades son los pilares para una vida victoriosa. Éstas distinguen a las personas triunfadoras de las que son mediocres. Permiten que sobresalgan los rasgos positivos de  carácter. Un joven de éxito tendrá estos rasgos. En esta oportunidad, consideraremos dos de estas cualidades.
            La primera de las cualidades de una persona de éxito es: ser trabajador. Dios ha dispuesto el trabajo para el hombre: “Yo he visto el trabajo que Dios a dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.”[1] Jeremías refiere que “bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud”[2]. Así mismo, el sabio Salomón menciona: “he aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno el bien de todo su trabajo…”[3]
Leer: “¿Para qué deberíamos formar equipos?”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/12/para-que-deberiamos-formar-equipos.html
            El trabajo dignifica. Mantiene la mente y las manos ocupadas. Permite el desarrollo de los talentos. Las habilidades naturales se fortalecen cuando son puestas a trabajar. El fruto del trabajo duro hace sentir bien a quien lo realiza. A un buen trabajador no se le cierran las puertas. Al contrario, las oportunidades se le presentan con más frecuencia.
            La segunda cualidad que queremos destacar es: la rectitud. Dice el proverbista, “aún el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta”[4]. Una persona recta se distingue por ser justa. Es intachable en su conducta.
La rectitud le permite a los victoriosos no desviarse del punto hacia donde se dirigen. El rey David al preguntarse acerca de quienes morarán en el monte de Jehová, responde lo siguiente: “El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón”[5]. Ser recto es una cualidad que nos acerca al trono de la gracia.
Para conocer las otras cualidades de las personas de éxito, dar clip en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/01/quien-es-una-persona-de-exito.html
Por: Galdino Enríquez Antonio




[1] Eclesiastés 3:10
[2] Jeremías 3:27
[3] Eclesiastés 5:18
[4] Proverbios 20:11
[5] Salmo 15: 1 – 2

¿Quién es una persona de éxito?

“¡Oh Eterno, sálvanos, te ruego! ¡Oh Eterno, danos éxito, te ruego!” 
Salmo 118:25

Continuando con las cualidades de una persona de éxito, tenemos en tercera instancia el ser ejemplo. Las personas exitosas se vuelven ejemplo para otras. Un deportista talentoso inspira a las nuevas generaciones. Así lo hicieron Michael Jordan y Edson Arantes do Nascimento (Pelé). Los personajes que siguieron sus ideales a favor de sus conciudadanos, hoy son figuras universales. Mahatma Gandhi y Martin Luther King son ejemplos para muchos luchadores pacíficos.

            El apóstol Pablo escribió acerca de la cualidad del ejemplo. En la primera carta a Timoteo le dice: “ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”[1]. Es una de las mejores indicaciones que puede recibir un joven que se abre paso por la vida. Y ser ejemplo para otros es una tarea divina. Jesús mismo dijo: “ejemplo os he dado”. Pablo hace referencia a que lo sigan como ejemplo, pues él hizo de Cristo su ejemplo.
            El ser diligente va más allá de cumplir con las tareas correspondientes. Ser diligente supone ser presto, activo, hacendoso, dinámico. Es ir más allá de la primera milla. Conlleva ser puntual, eficiente, aplicado, servicial, atento. Por ello Salomón aconseja que “todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, a donde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”[2].
            No está demás recordar el consejo de Pablo a los colosenses. “Todo lo que hagáis, les dijo, hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombres”[3]. Es esto radica el secreto de éxito. En que Dios es quien obra en nuestro favor. A nosotros nos atañe responderle con diligencia y buen ánimo.
            El más importante de las cualidades es la siguiente: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud”[4]. No existe mejor etapa de la vida para hacerlo que en la juventud. Es el período en el que se ponen los fundamentos para una existencia triunfante y fructífera. Porque el Señor da la sabiduría. De él mana la vida. Si ya no eres tan joven en edad, bien puedes serlo de ánimo y de corazón joven.
            ¿Ya hiciste tuya la mejor de las cualidades? No esperes más, el Señor te dice: “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos”[5]. Dios te bendiga.
Por: Galdino Enríquez Antonio



[1] 1ª Timoteo 4:12
[2] Eclesiastés 9:10
[3] Colosenses 3:23
[4] Eclesiastés 12:1
[5] Proverbios 23:26 

jueves, 21 de enero de 2016

No pasa nada

“El hijo necio es tristeza para su padre, y amargura para su madre.” Proverbios 17:25
            Karla tuvo una vida sexual desenfrenada. Nunca imaginó que quedaría embarazada. Jamás pensó que, el que creía que era el amor de su vida, la abandonaría. Como consecuencia de sentirse sola, con un bebé en brazos, cayó en una depresión severa. Quiso salir de este estado de ánimo consumiendo sustancias nocivas. Tuvo otras parejas sexuales y nunca imaginó contraer enfermedades venéreas. Eso no me va a pasar a mí, repetía con frecuencia.
            Hoy enferma y débil, no tiene muchos deseos para seguir luchando por la vida. Le cuesta trabajo levantarse por las mañanas. No siente apetito. Su rehabilitación está en proceso. Sin embargo, los médicos señalan daños cerebrales severos por el consumo de grandes dosis de drogas. Su bebé ya camina y empieza a pronunciar algunas palabras. Karla se pregunta quien cuidará de él cuando ella ya no esté en condiciones para hacerlo.
            Genoveva es divorciada, vive el un departamento pequeño con tres hijos varones. Nunca sospechó que los pequeños golpes que le daba su esposo, serían muy fuertes después. Un día su esposo la maltrato tanto, que le produjo una lesión en la columna vertebral, lo que la confinó a una silla de ruedas.
            El síndrome, a mi no me va a pasar, está destruyendo la vida de muchas personas talentosas. Llenas de vida. Con futuros muy prometedores. No es el deseo de Dios que la feligresía cristiana se vea envuelta en desgracias a tan corta edad. El desea darles a todos el privilegio de la vida. La bendición del éxito está aguardando para el que siga los principios de su ley.
             “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.[1] “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrándesela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tu la hayas abrazado.”[2]
Por Galdino Enríquez Antonio




[1] Proverbios 4:23
[2] Proverbios 4:7,8

martes, 19 de enero de 2016

A mi no me va a pasar

“Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre.” 
Proverbios 6:20
A los 22 años, Ricardo, se vio envuelto por el gusto de las bebidas alcohólicas. Sus familiares lo alertaban sobre las consecuencias de embriagarse. Su salud se vería afectada en el futuro. Traería trastornos a sus órganos. Tendría problemas laborarles por su forma de beber. No va a pasar nada, decía. Una noche se embriagó tanto que perdió la noción del tiempo y del espacio. Se desvió de su camino a casa y pronto se encontró dormido en aquella ruta que se trazó.
            Lo despertó un fuerte dolor en las piernas. Al abrir los ojos vio las paredes de un cuarto de hospital. Se miró los pies y ya no los tenía. La noche anterior lo venció el sueño y cayó sobre las vías del ferrocarril. El tren pasó sobre sus pies. Hoy, a sus 42 años de edad, necesita un trasplante de riñón. Y yo que decía que no me iba a pasar nada, se lamenta. Ahora necesito de otros para poder moverme, cuando años atrás nada me detenía.
            Leer “El joven rico”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/09/el-joven-rico.html
Joaquín gustaba de la comida rica en grasas. Las carnes rojas emocionaban a su paladar. No medía la cantidad de alimentos que consumía. Olvidó que había ciertas horas para comer y lo hacía en cualquier momento. Las bebidas gaseosas eran sus preferidas. Nunca quiso escuchar las voces que le decían: te sería mejor beber agua pura, come algo de fruta y más verduras. Él hacía un gesto de rechazo hacia esos consejos. Las frituras y golosinas eran el postre en lugar de fruta fresca.
            Pronto las consecuencias se notaron en su peso. Dejo de hacer ejercicio y adoptó una vida sedentaria. Comenzó a tener dificultades para respirar. Se cansaba con facilidad al caminar algunos metros. Un malestar general hizo que lo llevaran a revisión médica. El diagnóstico confirmado fue diabetes. El vigor físico que gozaba en sus años mozos se perdió. A mi no me va a pasar, eso es para esa gente que no sabe cuidarse, solía decir.
            Un día tropezó en casa. Eso le produjo una herida en el pie que no sanó. Se tuvo la necesidad de amputar esa pierna. Hoy visita con regularidad a su médico porque teme perder por completo la vista. Llora al recordar que su vida adulta pudo ser distinta. Su deseo de formar un hogar se desvaneció. Sus ganas de vivir no son suficientes para contrarrestar los efectos de su enfermedad.
            “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desperdicies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia serán a tu cabeza…”[1]
Por Galdino Enríquez Antonio

[1] Proverbios 1:8