"Pero ellos no escucharon, ni
inclinaron su oído, antes endurecieron su cerviz, para no oír, ni recibir la
instrucción.” Jeremías 17:23
Consideremos la instrucción dada por
Dios a los hijos de Israel, registrada en Éxodo 14:15. El pueblo se encontraba
frente al Mar Rojo, y tras él, un ejército dirigido por un Faraón enfadado.
Reclamaron a Moisés por la decisión de llevarlos por el camino que los ponía en
serios peligros. Moisés rogo por indicaciones divinas y la respuesta fue: “Dile
a los hijos de Israel que marchen” ¿Hacia dónde? Que marchen de frente, y
extiende tu mano con tu vara sobre el mar y yo haré maravillas.[1]
¿Te imaginas la
expresión en los rostros de los hombres y mujeres al escuchar la indicación tan
simple: ¡marchen!? Una instrucción sencilla, pero que las circunstancias del
momento lo hacían una indicación incoherente. Sin embargo, marcharon hacia el
Mar Rojo y lo cruzaron en seco. Al final, Moisés volvió a extender su mano sobre
el mar y las aguas cubrieron a los egipcios.
Leer “Los pedidos extraños de Dios”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/10/los-pedidos-extranos-de-dios.html
Jesús tuvo la oportunidad de
celebrar su primer milagro dando instrucciones en una boda. En el evangelio de
Juan, en el capítulo 2, se registra la asistencia de Jesús y sus discípulos a una
celebración matrimonial. La provisión de vino para la ceremonia, fue
insuficiente. La madre de Jesús pide su intervención y lo presenta a los
siervos.
Jesús indica a los siervos llenar de agua las
seis tinajas que estaban allí. Los siervos probablemente no comprendieron la
razón de tal indicación, pero obedecieron. Una vez llenas las tinajas, Jesús
les pidió llevar de esa “agua” al maestresala. Un siervo de esa época pudo
haber razonado de la siguiente manera:
“Señor, yo estaba seguro que al
llamarnos, sería para llevarnos a algún viñedo cercano, y entre los hombres que
lo acompañan y nosotros, cortaríamos los racimos de uva, los llevaríamos al
lagar y más temprano que tarde, traeríamos jugo fresco; pero ahora, nos pide
llevar el agua al maestresala. ¿No sabe, señor mío, que somos siervos y ante tal
insulto, el amo nos mandaría a golpear, encarcelar, o peor aún, podría
determinar nuestra muerte?”
Leer: “Instrucciones sencillas
de Dios”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/04/instrucciones-sencillas-de-dios.html
A pesar de sus temores, hicieron
caso a la indicación. El resultado los llenó de asombro y admiración hacia el
Señor Jesús. Seguramente recibieron felicitaciones por la prontitud con que se
presentaron con el vino. Los aplausos también alcanzaron al novio, que no
estaba siquiera enterado del milagro que acabada de ocurrir.
¿Quieres seguir las instrucciones
que Dios te da hoy? Toma una Biblia y comienza a leer las instrucciones que
Dios tiene para ti. Sus instrucciones que Él tiene para nosotros son sencillas.
Abrir un camino en medio del mar o convertir el agua en vino, son indicaciones
complejas y difíciles que sólo le competen a Él.
Por Galdino Enríquez Antonio
[1]
Éxodo 14:16
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