“Así, teniendo
sustento y abrigo, estemos contentos.”
1 Timoteo 6:8

Leer “Los costos de un pretexto”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/10/los-costos-de-un-pretexto.html
Le
pedí su cuidado para mis padres en la lejanía, por mi hijo que se encontraba de campamento; oré para que acallara mis temores, ocultara de mi presencia las
desilusiones. Claro, no podían faltar los temas que tienen que ver con lo
económico. Me sentía incapaz de salir adelante con los diferentes compromisos y
obligaciones financieras de la familia.
No
recuerdo en qué momento el sueño llegó y quedé profundamente dormido. Más
tarde, se me presentó Dios mismo en sueños. Me llamó y me pidió que lo
acompañara.
Me
llevó con él hasta el hogar de un hombre sentado frente al comedor. Éste se tomaba
la cabeza con las manos, de veía sumido en la más amarga de las tristezas, con
los ojos llenos de lágrima respirando lenta, pausada y profundamente.
- Este
hombre tiene a su esposa enferma de cáncer, está en fase terminal – me dijo
Dios. Quedé atónito ante la noticia.
Sin
darme cuenta, el Señor me trasladó a otra casa habitación. En ella me mostró al
padre de familia dando vueltas en la sala de su casa. Tenía una mano en el
bolsillo y con la otra mano se daba masajes en el cuello. Se veía despeinado mientras
cerraba los ojos cada vez que respiraba profundamente.
- Este
hombre no tiene trabajo – me comentó el Señor.
Luego
me llevó a un nuevo hogar. Esta vez la escena que contemplé era a las afueras
de la vivienda. El padre estaba llegando a casa, pero no quería entrar. Un par
de ocasiones lo vi tomar la llave para abrir la puerta pero no lo hizo, solo
clavaba la mirada al suelo y dejaba caer los hombros.
- Los
hijos de este hombre tienen hambre y no les trajo de comer.
Estando
de pie frente a la casa de este último hombre el Señor me dijo algo y no tuve
las fuerzas de mirarlo a los ojos mientras me decía:
- Tu
esposa no está enferma, tienes trabajo y la comida no falta en tu mesa.
Cuando
desperté a la mañana siguiente, lo hice con la certeza de que Dios tiene el
control en mi vida y que nunca estaré sólo en medio de las dificultades.
¡Tampoco
a ti te dejará desamparado! Bendiciones…
Por Galdino Enríquez Antonio
Leer “Sólo pretextos”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/10/solo-pretextos.html
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