“…Porque para el
Señor no es difícil salvar con muchos o con pocos.”
1º de Samuel 14:6
Desde que aparecieron la estadística
y la probabilidad en la vida del hombre, las decisiones que se toman, se
piensan detenidamente. Por ejemplo, para escoger una carrera universitaria, se considera cuál tiene mayor demanda y cuál de ellas tiene las mejores
oportunidades de crecimiento. Así como cuál es el empleo mejor pagado, cuál es
el auto que ahorra más combustible, cuál es la tendencia en los mercados
referente a algún servicio o producto, etc.
"¿Quién
de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero a calcular los
gastos, y ver si tiene lo que necesita para terminarla? No sea que después que
haya puesto el fundamento, no pueda acabarla, y los que lo vean se burlen de
él, diciendo: 'Este hombre empezó a edificar, y no pudo terminar'.
"O,
¿qué rey, teniendo que ir a la guerra contra otro rey, no considera primero si
puede enfrentar con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no
puede, cuando el otro está aún lejos, le envía una embajada y le pide las
condiciones de paz.”[1]
Pese
a la importancia de considerar los números en la toma de decisiones, estos no
deben sustituir nuestra confianza en Dios. La probabilidad y la estadística no
tienen lugar cuando permitimos que Dios tome el control de nuestra vida y de
las circunstancias que nos rodean. Veamos el siguiente ejemplo:
En
su enfrentamiento con los moabitas, Gedeón contaba con no más de 32,000
hombres. El ejército enemigo se preparó con al menos 120,000[2]
efectivos militares bien armados y perfectamente entrenados. 3.75 soldados
enemigos frente a un soldado al mando de
Gedeón, era la proporción que arrojaban estos números. Pero Dios le dijo a
Gedeón que su ejército era numeroso y le hizo un recorte de 22,000 hombres.
Ahora
la proporción era de 12 a uno. Aún así, Dios ordenó un segundo recorte del
personal militar. Gedeón quedó al frente de tan solo 300 hombres. Esta cantidad
de soldados era, incluso, inferior a la proporción correspondiente a un soldado
israelita, que ahora era de 400.[3]
Pero cuando Dios obra, las estadísticas quedan sin efecto. Gedeón arrasó con el
ejército enemigo en un solo día con la ayuda Divina.
¿Cuál
es el dato estadístico que te tiene de cabeza hoy? Confía en el Señor y el
obrará.
Por Galdino Enríquez Antonio
Leer: “Dios al control”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/10/dios-al-control.html
Leer “Los costos de un pretexto”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/10/los-costos-de-un-pretexto.html
Leer “Sólo pretextos”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/10/solo-pretextos.html
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