Entonces voló hacia mí uno de los
serafines, con una brasa encendida en su mano, tomada del altar con una tenaza.
Con la brasa tocó mi boca, y dijo: "Mira, esto tocó tus labios, y ha sido
quitada tu culpa, y perdonado tu pecado". Isaías 6:6-7
Simón Pedro era
pescador, Zaqueo jefe de los publicanos y Mateo cobrador de impuestos; entre
muchos otros, estos hombres fueron llamados en la edad adulta, cuando ya
dedicaban su vida a actividades productivas. Algunos de ellos estaban casados y
tenían hijos.
José de Arimatea,
Simón cirineo, Gedeón, Barac, Mardoqueo, no eran tan jóvenes cuando se les presentó
la oportunidad de actuar a favor de Dios y realizar proezas para la honra y la
gloria de él. Sus acciones son ejemplos para nosotros hoy en día.
Leer: “Dios llama a los jóvenes”: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/09/dios-llama-los-jovenes.html
Aun cuando hayas vivido cada una de
las distintas etapas de la vida, sin que el Señor te llame a cumplir alguna
tarea, hay que tener en cuenta que no todo está perdido. Considera los casos de
estos personajes:
-
Abraham,
fue llamado por Dios a los 75 años para irse de la tierra de su parentela a un
lugar que no conocía:
"Vete de tu
tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.”[1]
25 años después vio nacer a su hijo Isaac.[2]
- Moisés fue
sorprendido por una zarza que no se consumía a los 80 años. Dios le encomendó
liberar al pueblo de Israel del yugo egipcio; 40 años duró su servicio delante
de Dios y de los hijos de Israel.
- Noé, con 500 años
de edad, tuvo la tarea de construir un arca por indicación Divina, misma que le
llevó a invertir al menos 100 años de su vida. Su fe le permitió salvar a su
familia.
-
Manoa
y Zacarías, en la vejez y sin esperanza alguna de poder engendrar un hijo,
recibieron instrucciones claras para educar a hombres sorprendentes. Sansón y
Juan “el Bautista”, respectivamente.
Dios no aguarda por
una edad específica para elegir hombres y mujeres que trabajen a su servicio. Lo que podemos aprender en esta
oportunidad es que, en cualquier momento de nuestra vida, Dios nos puede
llamar.
¿Estás preparado
para que el día que el Señor lo decida te designe una tarea y puedas responder
como Isaías: “Heme aquí, envíame a mí”[3]?
Que el Dios del
cielo te ayude a estar listo para ese momento especial.
Por:
Galdino Enríquez Antonio
Leer: “Del sueño a la realidad”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/09/del-sueno-la-realidad.html
Leer: “El otro joven rico”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/09/el-otro-joven-rico.html
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