sábado, 12 de diciembre de 2015

¿Para qué deberíamos formar equipos?

“Y si alguien quiere prevalecer contra uno, dos pueden defenderse. Cordón de tres dobleces no se rompe pronto.” Eclesiastés 4:12

¿Para qué formamos equipo? ¿Para realizar actividades divertidas o recreativas? ¿Para alentar la vanidad o para estimular el crecimiento espiritual? ¿Para cumplir caprichos personales o asumir responsabilidades sempiternas? ¿Para tener charlas frívolas o para compartir experiencias de cómo Dios dirige nuestras vidas?
            ¿Con quién haces equipo? ¿Con los miembros de tu familia? ¿Con los líderes de tu iglesia? ¿Con tu pastor? ¿Con tus amigos verdaderos? Tal vez tus compañeros de clases influyen negativamente en ti; cabe la posibilidad que tus conocidos de la colonia no son un buen ejemplo a seguir. Probablemente tus compañeros de trabajo de hacen invitaciones que te alejan del ideal de Dios. ¿Con quién entonces?
            Como hijos de Dios, es menester fijarse metas elevadas, objetivos ennoblecedores, acciones aprobadas por Dios. Ir, por ejemplo, en busca de las almas sumidas en el pecado y traerlas a los pies de Cristo. Unirse a orar por los jóvenes que sufren los embates del enemigo. Hacer equipo para visitar a los enfermos y desanimados. Organizar brigadas a favor de la población menos favorecida.
            Cuando procuras hacer equipo para éstas y otras acciones, Dios bendice los planes trazados para ello. El Señor favorece la unidad entre sus herederos. Le encanta ver a sus hijos unánimes, ayudándose mutuamente, soportando sus cargas entre sí, unidos en servicio y apoyo colectivo.
            Mi invitación es que formes equipos para el avance de la predicación del evangelio, para pedir el derramamiento del Espíritu Santo en el mundo entero, para pedir sabiduría para conducirse como es debido. Trabajar por la unanimidad entre los feligreses. Emprender acciones que animen a otros a estudiar detenidamente la Palabra de Dios. Promover la comunión con la Divinidad a través de la oración.
Jesús te invita a hacer equipo con él. Un día dijo: “separados de mí nada podéis hacer”[1]. Haz equipo con Jesús, es tu mejor elección. Los que hacen equipo con él, harán mayores obras que las suyas, así lo prometió: "Os aseguro: El que cree en mí, las obras que yo hago, él también las hará. Y mayores que éstas harán, porque yo voy al Padre.[2]
¿Con quién y para qué harás equipo hoy?
Por Galdino Enríquez Antonio


[1] Juan 15:5
[2] Juan 14:12

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