De acuerdo con Fernando Chaij, en su libro Preparación para la Crisis Final, señala que un sello tiene que ver con al menos tres elementos: primero, el objeto que se usa para llevar a cabo la colocación de la estampa o sello; segundo, la marca que deja este objeto o instrumento; tercero, el lugar donde se colocará la marca o el sello, que normalmente es un documento en papel, tela u otro material.
Es una marca espiritual que identifica a aquellos que
adoran a Dios y guardan sus mandamientos, particularmente el mandamiento del
sábado, que es observado en el séptimo día de la semana, el sábado. Esta
creencia se deriva del énfasis adventista en la importancia del sábado como día
de descanso y adoración, basada en su interpretación del cuarto mandamiento del
Decálogo. El sábado es el día establecido por Dios para el descanso y la
adoración, y la observancia del sábado es un signo distintivo de lealtad a
Dios.
“El sello de Dios sólo podrá ser aplicado por el ángel
sobre la vida de un auténtico cristiano, sobre una vida consagrada, sin
manchas, lavada por la sangre de Cristo y poseída de un verdadero anhelo de
reflejar la perfección del carácter divino, manifestado en su ley”, señala
Chaij (1966:44). “El resultado de aplicar el instrumento sobre un documento (vida
de un ser humano) es un carácter semejante al de Cristo, la perfección divina
reflejada en la vida del hijo de Dios.”
Instrumento: la Ley de Dios (el cuarto mandamiento,
principalmente)
Marca: un carácter semejante al de Cristo
Lugar de aplicación: en la vida de los hombres (en sus
frentes)
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