"Oye a tu padre, al que te engendró; y cuando tu madre envejezca, no la menosprecies." Proverbios 22:23
Según el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española, cualidad es “cada uno de los caracteres, naturales o adquiridos, que distinguen a las
personas, a los seres vivos en general o a las cosas.” Una
segunda definición que ofrece dicha obra de consulta es: “manera de ser de
alguien o algo.”
La
primera de las cualidades de una persona de éxito es: ser trabajador. Dios ha dispuesto el trabajo para el hombre: “Yo he
visto el trabajo que Dios a dado a los hijos de los hombres para que se ocupen
en él.”[1]
Jeremías refiere que “bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud”[2].
Así mismo, el sabio Salomón menciona: “he aquí, pues, el bien que yo he visto:
que lo bueno es comer y beber, y gozar uno el bien de todo su trabajo…”[3]
Leer: “¿Para qué deberíamos formar
equipos?”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/12/para-que-deberiamos-formar-equipos.html
El
trabajo dignifica. Mantiene la mente y las manos ocupadas. Permite el
desarrollo de los talentos. Las habilidades naturales se fortalecen cuando son
puestas a trabajar. El fruto del trabajo duro hace sentir bien a quien lo
realiza. A un buen trabajador no se le cierran las puertas. Al contrario, las
oportunidades se le presentan con más frecuencia.
La
segunda cualidad que queremos destacar es: la
rectitud. Dice el proverbista, “aún el muchacho es conocido por sus hechos,
si su conducta fuere limpia y recta”[4].
Una persona recta se distingue por ser justa. Es intachable en su conducta.
La rectitud le permite a los victoriosos no desviarse del punto hacia
donde se dirigen. El rey David al preguntarse acerca de quienes morarán en el
monte de Jehová, responde lo siguiente: “El que anda en integridad y hace justicia,
y habla verdad en su corazón”[5].
Ser recto es una cualidad que nos acerca al trono de la gracia.
Para conocer las otras cualidades de las personas de éxito, dar clip en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/01/quien-es-una-persona-de-exito.html
Por: Galdino Enríquez Antonio