jueves, 5 de noviembre de 2015

¡Muéstremelo!

"Sentí un vivo celo por el Eterno, Dios Todopoderoso, porque los israelitas han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a tus profetas. Sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida".1º de Reyes 19:10

Cuando volvió del templo la mamá, resolvió a tener una charla con su hijo, graduado como doctor en sociología de una de las más prestigiadas universidades de Inglaterra. Ambos se sentaron a la mesa y su madre le preguntó por la Biblia que le había regalado cuando partió a cumplir sus sueños universitarios.
-          Mamá, la dejé donde vivo. Eso creo. Ha de estar en el librero.
-          ¿Hace cuánto tiempo que no buscas a Dios? ¿Cuándo dejaste de ir a la iglesia? ¿Qué te hizo cambiar de parecer? – le preguntó la mujer.
-          Mira mamá. Me dediqué a estudiar. Y los estudios nunca me permitieron ver a Dios. Los hombres de ciencia nunca lo han visto. Es algo que solo existe en la mente de la gente sin estudios. ¿Cómo crees que me veré en mi trabajo hablando de Dios? Se van a reír de mí.
Todos los días de la semana su madre lo buscaba para estudiar juntos la Biblia, pero él se negaba. Cada día oraba a Dios pidiéndole encontrar luz para mostrarle a su hijo el error en el que estaba incurriendo. A la siguiente semana su madre insistió en que lo acompañara a la iglesia. Esta vez quien respondió con una negativa a la invitación fue su nuera.
-          Dice su hijo que si le muestra a Dios, él irá con usted al templo.
-          Dios no se puede ver. Sólo se puede sentir. Y yo lo siento aquí adentro, en mi corazón – respondió su madre.
-          Mamá, si no me lo enseñas, si yo no lo veo, no me insistas ir contigo – repuso el hijo desde el fondo de su habitación.
Esa noche el joven, ahora señor, tuvo un fuerte dolor de muelas. Tanto era el sufrimiento que se despertó dando gritos de dolor. Él sabía que su madre podría calmar el dolor con plantas medicinales. Apresuró a su esposa a ir por ella.
Sin demora su madre llegó y quiso saber el motivo de sus gritos y la urgencia con la que la había mandado llamar.
-          Me duele una muela – dijo articulando con dificultad las palabras.
-          A ver – dijo la madre – abre la boca.
-          Mmm no veo nada. ¿Cuál de las muelas es?
Existen objetos en la vida que no las vemos, pero sabemos que existen, como la electricidad, el dolor, los celos, el aire, el amor. Dios no es visible a los ojos humanos, pero sabemos que existe porque lo sentimos.

Usted ha leído la segunda parte de esta historia, en los siguientes enlaces podrá leer la historia completa:

Primera Parte: leer “No se ve”, en http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/11/no-se-ve.html
Tercera Parte: leer “¿Lo sientes?”, en http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/11/lo-sientes.html

Por Galdino Enríquez Antonio

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