Después de liberar a Israel de la esclavitud en Egipto, Dios lo condujo al monte Sinaí, no solo para llevarlo geográficamente hacia la Tierra Prometida, sino para establecer una relación especial con su pueblo. El Señor mismo declara: “Los he traído a mí” (Éx. 19:4). Esta es la esencia del pacto: Dios toma la iniciativa para acercarnos a Él.
En el Sinaí, Dios propuso a Israel ser su “tesoro especial”, “reino de sacerdotes” y
“nación santa” si escuchaban su voz y guardaban su pacto. Esto implicaba el privilegio de representar a Dios ante las naciones y la responsabilidad de reflejar su carácter. Antes de recibir la Ley, el pueblo pasó por un tiempo de preparación que incluía purificación externa y disposición interna para presenciar una manifestación imponente de la presencia divina, acompañada de truenos, relámpagos, nube espesa y sonido de trompeta.El Decálogo, núcleo del pacto, comienza recordando la gracia
de Dios: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de Egipto” (Éx. 20:2). Así, la
obediencia no es para obtener salvación, sino como respuesta de amor y
gratitud. Los primeros cuatro mandamientos se enfocan en amar y honrar a Dios;
los seis restantes, en amar y respetar al prójimo.
La Ley revela el carácter de Dios: santo, justo y bueno.
Funciona como un espejo que muestra nuestro pecado, pero no puede limpiarlo;
esa obra la realiza Cristo, hacia quien la Ley nos conduce. Aunque no salva, la
Ley sigue vigente como norma de vida para el creyente, y en Cristo encontramos
su cumplimiento y propósito, no su abolición.
Los Diez Mandamientos pueden verse no solo como órdenes,
sino como promesas: “Todos sus mandatos son habilitaciones” (Elena de White).
Dios nos capacita para vivir conforme a Su voluntad. El pacto del Sinaí nos
recuerda que nuestra relación con Dios se basa en su gracia, y que la
obediencia es fruto de esa relación, no su causa.
Les compartimos algunas actividades que le ayudarán con el
repaso de la lección esta semana:
Examen – Falso o
Verdadero
- Dios llevó a Israel directamente a la Tierra Prometida después de salir de Egipto.
- El objetivo principal de Dios al sacar a Israel de Egipto fue llevarlo a Él mismo.
- La entrega de los Diez Mandamientos en el Sinaí fue precedida por un tiempo de preparación y purificación del pueblo.
- El Decálogo comienza con una lista de mandamientos sin referencia a la gracia de Dios.
- Los primeros cuatro mandamientos se enfocan en el amor al prójimo.
- La Ley de Dios es santa, justa y buena.
- La Ley puede salvarnos si la obedecemos perfectamente.
- Cristo es el objetivo y cumplimiento de la Ley, no su abolición.
- Los Diez Mandamientos también pueden entenderse como promesas divinas.
- Nuestra obediencia es la base de nuestra salvación.
La experiencia del
Sinaí – Juego de rol interactivo
Objetivo: Que los miembros de la clase experimenten, de
forma simbólica, la preparación, la entrega y la respuesta al Pacto en el
Sinaí, aplicándolo a su vida actual.
Materiales:
- Hojas o tarjetas con roles (Moisés, ancianos, sacerdotes, pueblo, trompetistas, narrador).
- Una Biblia.
- Un cronómetro o música de fondo (puede ser un sonido de trompeta o algo solemne).
- Un espacio que permita dividir en “campamento” y “monte”.
Fases de la dinámica:
Preparación
(Éxodo 19:10-15)
El narrador lee el pasaje.
Todos reciben “instrucciones de purificación” (por ejemplo, reflexionar en silencio sobre algo que necesitan entregar a Dios).
Se simula la preparación: lavarse las manos (con agua simbólica), colocarse de pie en orden, guardar silencio.
Manifestación de Dios
(Éxodo 19:16-19)
Se apagan las luces (o se baja la intensidad – se bajan las cortinas) para simular la nube.
Suena un audio de truenos y trompetas.
Los “trompetistas” hacen sonar una nota fuerte.
Lectura del Decálogo (Éxodo 20:1-17)
Una persona designada como “voz de Dios” lee el Decálogo con solemnidad.
Todos escuchan en silencio, sin interrumpir.
Respuesta del pueblo
(Éxodo 24:3)
Cada participante dice en voz alta: “Haremos todo lo que Jehová ha dicho”.
Luego, comparten en parejas cuál mandamiento les desafía más en su vida y por qué.
Aplicación personal
(Romanos 3:20-24)
El narrador explica brevemente que la Ley nos muestra
nuestra necesidad de Cristo.
Se hace un momento de oración, donde cada uno agradece a
Dios por su gracia y pide fuerza para vivir conforme al pacto.
Estudios de caso
Caso 1
Marcos, miembro activo de la iglesia, ha aceptado un
compromiso como anciano local. Sin embargo, un amigo no creyente le dice:
“Tú ya no tienes que seguir reglas antiguas como los Diez
Mandamientos. Cristo te salvó, así que eres libre.”
Marcos recuerda Éxodo 19:5-6 y Romanos 3:31, pero no sabe
cómo explicarle que la Ley no está abolida y que sigue siendo relevante.
Preguntas para el
diálogo:
- ¿Qué le responderías a Marcos para ayudarle a explicar la relación entre la gracia y la Ley?
- ¿Cómo podría Marcos usar el ejemplo del pacto en el Sinaí para mostrar que la obediencia surge del amor y la gratitud?
- ¿Qué pasajes de la lección de esta semana respaldarían su respuesta?
Aplicación personal:
Piensa en un momento en el que alguien haya cuestionado tu
obediencia a un mandamiento bíblico. ¿Cómo reaccionaste y qué aprendiste de esa
experiencia?
Caso 2
En tu iglesia se planea un sábado especial de Santa Cena. La
junta propone dedicar la semana previa a oración, ayuno y visitas misioneras.
Algunos jóvenes opinan que eso es innecesario y que basta con presentarse el
sábado.
Preguntas para el
diálogo:
- Comparando con la preparación del pueblo de Israel antes de recibir la Ley (Éxodo 19:10-15), ¿por qué es importante prepararse espiritualmente para momentos especiales de adoración?
- ¿Qué peligros hay en acercarse a Dios sin un sentido de reverencia y preparación?
- ¿Cómo podría el liderazgo de la iglesia motivar a la congregación a prepararse sin que esto parezca legalismo?
Aplicación personal:
Menciona una práctica concreta que podrías implementar para
prepararte mejor para tus momentos de encuentro con Dios en la adoración.
Oramos para que estas actividades sean de bendición para su
clase.
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