El estudio de esta semana nos ha llevado a reflexionar sobre asuntos de trascendencia espiritual para la iglesia en general y para los feligreses en forma particular. En esta oportunidad les planteamos algunas situaciones que deberán analizarse en familia o en el grupo pequeño durante el repaso de la lección.
Gerardo es un joven adulto casado y padre de dos menores
entusiastas. Tanto él como su esposa son miembros de la IASD desde nacimiento.
Desde pequeño, Gerardo aprendió a ser agradecido por todo.
Está agradecido con Dios porque tiene un empleo que le permite llevar alimentos a la mesa familiar. Agradece al Señor por la casa que tiene, por el auto que conduce y por las vacaciones a las que puede llevar a su familia. Es agradecido por la salud que gozan sus padres y por los servicios médicos al que tiene acceso.
No puede estar sin agradecer al Creador porque no le falta calzado
ni abrigo, puede cubrir oportunamente las facturas de los servicios públicos. Sus
hijos son buenos estudiantes, el negocio familiar tiene tazas de crecimiento constante.
Como muestra de gratitud alaba al Señor y le sirve fielmente en la iglesia
local a la que asiste junto a los suyos.
¿Por qué no está completa la lista de gratitudes de Gerardo?
¿Qué le hace falta incluir en sus motivos de gratitud?
¿Cómo le explicaría usted que sus motivos tienen que ver con
bendiciones visibles y que le hace falta ser agradecido por las bendiciones no
visibles? ¿Qué pasajes bíblicos utilizaría para este propósito?
CASO # 2 ¿LA SALVACIÓN ES PERSONAL?
Martín considera que debido a que la salvación es personal,
cada uno debería atender sus propios asuntos espirituales. Cree que, si alguien
desea alcanzar la salvación, debe procurar que su relación con Dios mejore. Por
lo tanto, no se ocupa en velar por la vida espiritual de los demás miembros de
su iglesia y de su familia.
¿De qué manera esta actitud afecta la vida espiritual de los
miembros de su iglesia y de su familia?
¿Qué tareas espirituales está dejando de hacer el hermano
Martín para su propio bien espiritual?
CASO # 3 SOMOS PREDESTINADOS
María, una joven de 17 años, ha perdido el interés en las
diferentes actividades eclesiásticas. No quiere asistir a los clubes, a la
sociedad de jóvenes, llega tarde a la Escuela Sabática, mucho menos quiere
saber algo que tenga que ver con las campañas evangelísticas. No se reúne con el
grupo pequeño al que pertenece su familia y no cree que sea necesario celebrar
campañas de recolección y días de la bondad.
No ora, no lee su Biblia, no quiere estudiar la lección ni
hojear siquiera su libro devocional. Ella solo quiere llevar una vida cristiana
sin responsabilidades ni compromisos. La razón: alguien la convenció de que Dios
ya tiene marcado su destino, que será salva o se perderá, no importa lo que haga
con su vida espiritual. Que Dios tiene predestinado a todos, por lo tanto,
asistir a la iglesia o llevar una vida devocional, no debería ser tan necesario
para ser salvos.
¿Cómo le explicaría usted que la concepción bíblica
adventista sobre la predestinación no es como ella lo cree?
¿Cuáles serían las estrategias que seguiría para reanimar su
devoción personal? ¿Cómo la convencería de la importancia del estudio de las
Escrituras?
No hay comentarios:
Publicar un comentario