“Esté atento tu
oído, y tus ojos abiertos, para escuchar la oración de tu siervo, que elevo
ahora ante ti, día y noche, por el pueblo de Israel, tus siervos. Confieso los pecados que los israelitas,
incluyéndome a mí y la casa de mi padre, hemos cometido contra ti.” Nehemías
1:6
Salomón oró de
rodillas con las manos extendidas al cielo ante el altar de Jehová[i].
En la cumbre del monte Carmelo, Elías oró por lluvia postrado en tierra, colocando su
rostro entre las rodillas[ii].
Varios textos más revelan que se acostumbraba orar de pie o con las manos levantadas al cielo (1 Rey. 8: 22; Sal.
28: 2; 63: 4; 134: 2; 1 Tim. 2: 8).
El publicano oró de pie, no queriendo ni aún
alzar los ojos y golpeaba su pecho. El fariseo también oró de pie[iii].
Según Mateo 6:5, muchos amaban orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para
ser vistos.
La tradición
estableció que ciertas oraciones debían
pronunciarse de pie, otras mientras se estaba sentado, caminando, montado en burro
o acostado en cama.[iv]
Leer: “Cualidades de una persona de
éxito”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/01/cualidades-de-una-persona-de-exito.html
Cyril Brown cuenta que cayó en un pozo y quedó de cabeza. En su angustia
y desesperación elevó una oración estando con los pies hacia arriba.
Prácticamente oró parado de manos.[v]
Los que se arrodillan en derredor del altar de la familia – aconseja
White -, no han de hundir el rostro entre sus manos o en un sillón cuando se
dirigen a Dios. Alcen la cabeza y con
santa y valiente reverencia, alléguense al trono de la gracia.[vi]
Leer: “No pasa nada”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/01/no-pasa-nada.html
Jesús en ocasión de la alimentación de los cinco mil, oró levantando los ojos al cielo para pedir la bendición de los
cinco panes y los dos peces.[vii] Durante
la noche de la trasfiguración, Jesús oró postrado humildemente sobre el suelo
pedregoso.[viii]
Antes de ser aprendido, Jesús oró en el Getsemaní y se postró en tierra.[ix]
Oró también desde la cruz, con los
pies clavados y con las manos extendidas pidió
perdón por los que lo crucificaron. Clamó a gran voz al Padre encomendando
su espíritu justo antes de morir.[x]
Como puede notar, no existe una sola forma para orar, y usted tiene la
oportunidad de elegir la o las posturas necesarias en un momento dado, pero debe orar.
Por Galdino Enríquez Antonio
Leer: “A mí no me va a pasar”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/01/a-mi-no-me-va-pasar.html
[i] 1º
Reyes 8:54
[ii]
1º Reyes 18:42
[iii]
Lucas 18:11,13
[iv]
“Mateo 6:5”. Cometario Bíblico Adventista. Consultado en Biblioteca
Electrónica: Fundamentos de Esperanza.
[v]
George, Elizabeth. El llamado de una joven a la oración. Editorial
Unilit. Miami, Florida. 2005. Pág. 147.
[vi]
White, Elena G. de. El Hogar Cristiano. Publicaciones Interamericanas.
Mountain View, California. 1979. Pág. 395.
[vii]
Mateo 14:19
[viii]
White, Elena de G. El Deseado de todas las Gentes. Publicaciones
Interamericanas. México D. F. 1977. Pág. 389.
[ix]
Marcos 14: 35
[x] Lucas
23:33-46
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