“El
Eterno se aleja de los impíos, pero oye la oración de los justos.”
Proverbios 15:29
Aunque hoy se
ayuna muy poco, varios personajes bíblicos lo hicieron mientras derramaban su
alma a Dios en suplica y ruego. ¿Sabes que personajes lo hicieron?
La reina Ester
dio la siguiente indicación a Mardoqueo: “Ve, reúne a los judíos que se hallan
en Susa, ayunad por mí, y no comáis ni
bebáis en tres días, ni noche ni día. Yo también con mis doncellas ayunaré
igualmente. Entonces iré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley. Y si
perezco, que perezca.”[1]
Así mismo, los
habitantes de Nínive que creyeron en el mensaje que el profeta Jonás les
predicaba y “proclamaron ayuno, y se
vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor. La noticia llegó hasta
el rey de Nínive,” quien emitió un edicto real donde proclamó ayuno y oración.
“Cuando Dios vio lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino, tuvo
compasión, y no les mandó lo que les había dicho.”[2]
Jesús
se retiró para orar y ayunar y lo hizo “durante cuarenta días y cuarenta noches…”[3]
Saulo, tras encontrarse con Jesús camino a Damasco, fue llevado a dicha ciudad
y “allí estuvo tres días sin ver. Y no comió ni bebió”.[4]
Esdras publicó “ayuno junto al río Ahava,
para afligirnos ante nuestro Dios, a fin de solicitar de él camino derecho para
nosotros, nuestros niños y todos nuestros bienes…” el resultado fue: “Ayunamos,
y pedimos la ayuda de Dios, y él nos fue propicio.”[5]
El rey David
ayunaba con frecuencia, el profeta Daniel recurrió al ayuno en momentos
difíciles de su vida. Jesús señaló que
existen situaciones donde el poder de Dios se logra teniendo momentos de “oración
[y ayuno]".[6]
La profetiza Ana, el compañero de viaje de Pablo, Bernabé, Moisés y otros
tantos personajes bíblicos, recurrieron
a la oración y al ayuno como fuente de poder espiritual.
“Cuando yo subí
al monte - declara Moisés -, para recibir las tablas de piedra, las tablas del
pacto que el Eterno concertó con vosotros, estuve
entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber.”[7]
A través de la oración ferviente y comunión constante con el Señor, el
Señor nos proveerá de grandes recompensas.
Si el Señor
aceptó el ayuno de los personajes bíblicos, también puede aceptar hoy el ayuno
que se hace con los propósitos correctos. Cada uno de los personajes
mencionados en el presente post tenía claro los motivos por el cuál buscaron la
bendición de Dios y el Señor les otorgó el pedido de sus corazones. El ayuno
tiene el mismo poder que tuvo en el pasado si lo hacemos para tener una claridad de pensamiento y un
encuentro personal con Cristo Jesús.
Por
Galdino Enríquez Antonio
Leer “No necesitas ser Sansón”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/06/no-necesitar-ser-sanson.html
Leer “¿Cuáles son las instrucciones de Dios para ti?”,
en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2016/05/cuales-son-las-instrucciones-de-dios.html
Leer “Los pedidos extraños de Dios”, en: http://gacetadebelen.blogspot.mx/2015/10/los-pedidos-extranos-de-dios.html
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